ALIANZA CON LO LIBRE

La simbiosis del hombre con otras especies.

Félix Rodríguez de la Fuente descubrió muy joven la alianza que se puede establecer con una ave de presa. Basta con enseñarle que sí acude al señuelo y a la grita de su aliado humano, recibirá siempre la pitanza que busca. Eso sí, solo la justa que necesite para estar en estado de yarak que en el lenguaje de los halconeros significa, ni mucha, ni poca, ni mucha porque entonces no saldría volando detrás de la presa, y, ni poca, porque no estaría fuerte para alcanzarla. Félix comprobó observando la caza con perro que eso mismo debió ocurrir como para que el lobo se hiciera nuestro aliado, aunque el hombre le traicionó y, al hacerse neolítico le transformó en perro para que luchara contra los de su especie.
Incluso supimos sacar partido a interactuar con otros depredadores como los delfines, las orcas, las aves que comen las abejas al ahuyentarlas de sus colmenas el hombre para quedarse la miel, o los leones y otros felinos.
Un depredador solo gasta energía en adquirirla, es decir, en cazar, cuando es necesario para obtener más de la que necesita su organismo para seguir vivo, con lo que el proporcionársela, haya cazado o no, permitió al ser humano establecer pactos que le facilitaron co–evolucionar con especies a las que la mentalidad neolítica considera hoy dañinas, antagonistas y las extermina.